Retratar una sociedad es posiblemente el trabajo más bonito y difícil que puede afrontar un fotógrafo. Bonito y enriquecedor por lo que se puede aprender de las gentes que habitan un determinado lugar en un tiempo concreto, de sus paisajes, de su trabajo y descanso, de su diversión y su pena. Mirar nuestro interior para comprenderlos y mirar al interior de los demás para entendernos a nosotros mismos. Aprender a querer para querernos y querernos para poder querer. Y ahí radica la dificultad.
Atin nos muestra en sus fotos una realidad directa, sin artificios y empapada por la idiosincrasia de cada momento, pero, además, tremendamente poética. Las miradas, que cobran en su obra una importancia sublime, parecen estar hechas para ese preciso momento, esperando eternamente a que Atin pasara por allí para capturar esa aplastante naturalidad. En sus fotografías aparecen paisajes y gentes, luces y sombras combinadas con la maestría de un pintor y el ojo inmediato de un fotógrafo.
Atin Aya (Sevilla, 1955-2007) curso estudios de
Ciencias Sociales en la Universidad de Navarra para posteriormente
licenciarse en Psicología en la Universidad de Granada. En 1981 comienza
a estudiar fotografía en Madrid y este mismo año se incorpora a la
agencia Cover en la sección de archivos y laboratorios donde conoce a su
maestro Jordi Socias quien, según el propio Atin, fue en parte culpable
de su elección profesional.
Entre 1982 y 1986 trabaja primero para ABC y después para Diario 16. Tras dejar el fotoperiodismo comienza a forjar su propia obra.
Cuenta con varias series documentales entre las que destacan, “Marismas
del Guadalquivir” (1991-1996), “Imágenes de La Maestranza” (1994-1995),
“Paisanos”(2000-2005), “Habaneros” (2001-2002) y “Sevillanos”
(1980-2000), siendo ésta su última publicación en 2001. Sus imágenes
ilustran numerosos libros y publicaciones periódicas.
En la actualidad, y gracias al empeño de su hermana María, a la que
agradezco de corazón su implicación en este articulo, se está gestando
una fundación con su nombre que logrará que la obra de Atín siga
enamorando y llenando de inspiración a muchos otros fotógrafos.
La fotografía documental más clásica requiere de varios elementos
fundamentales para la correcta ejecución de la misma pero, básicamente,
se trata de tener siempre presente una premisa, captar la realidad de la
manera más objetiva. Esto, que a priori parece fácil, requiere de un
ejercicio constante de humildad, comprensión y respeto por aquello que
documentamos.
Todo esto lo tenía Atin, y con creces, pero además
poseía la herramienta precisa para desarrollar su excelente trabajo, una
mirada limpia, una mirada sencilla.
Gracias por vuestro tiempo y buenas fotos.
Mas información:
www.atinaya.com
Buen fotógrafo este sevillano, gracias por mostrarnos su obra.
Imágenes sencillas y directas con un alto grado de contenido y personalidad.
Un blanco y negro envidiable.
Un placer conocerte, Sr. Atin Aya.
Gracias Javier.
Un saludo
Sí “autofoco”, es muy bueno. De hecho ha sido el maestro de fotografos como Emilio Merenatti o Sergio Caro.
Un saludo
Excelente reportaje. Muchas gracias por tomarte tu tiempo y compartirlo.
Un saludo!
Es un placer. Gracias a tí.
Cuanto tiempo sin tu pluma. Gracias Javier.
A ti Miguel!!!